La fiesta fantasma

Daniel Bermejo, Fuenlabrada.- A las seis de la tarde del 30 de octubre estaban convocados los alumnos de esta y otras universidades para celebrar la festividad de Halloween. Como en otras ocasiones, el ‘planning’ era concreto: honrar a los difuntos botella en mano y no parar de beber hasta que el cuerpo aguantase.

Para esta fiesta, la convocatoria se realizó con poco margen, casi en la misma semana de la celebración, a diferencia de otras ocasiones, en fiestas más multitudinarias (como la Fiesta de la primavera, a la que asisten cientos de personas cada año). Este es uno de los motivos por los que, a mitad de la semana, los alumnos vaticinaban el fracaso de la convocatoria.

En las redes sociales de internet corría la invitación de alumno en alumno. En ella se instaba a acudir a la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Rey Juan Carlos a todo aquel que quisiera pasar un buen rato, fuera alumno o no. Además, para hacer más entretenida la fiesta, se pedía ir caracterizado con algún motivo típico de la celebración como cicatrices o hilos de sangre pintados en la cara. El tablón de comentarios del evento registraba sentencias como “a las 6 todos a Fuenlabrada”. Pero también se dejaban ver los escépticos “dejad de hacer tanta fiesta cutre […] al final no va a venir nadie a las importantes”. María, una supuesta alumna del campus de Móstoles, secundaba la convocatoria y alegaba “¿hay algo mejor que hacer un viernes?”

A la hora de la verdad (seis de la tarde del viernes), el campus de Fuenlabrada registraba una total normalidad. Las zonas verdes estaban ocupadas por pequeños grupos de estudiantes que descansaban entre clase y clase, pero ni rastro de litronas o bricks de vino, si acaso algún bote de cerveza o red-bull. Conforme avanzaba la tarde se vislumbraba algún intento de botellón. Un grupo de chicos portaban bolsas de un supermercado cercano al campus, pero, desilusionados con el fracaso de la convocatoria, dieron media vuelta y se fueron. Ya cerca de las ocho, coincidiendo con la caída del sol, estaba claro que los jóvenes que habían sido llamados para celebrar Halloween no aparecerían.

Según la asociación Gente URJC, formada por alumnos de la Universidad Rey Juan Carlos y al margen del organismo público, esta fiesta no constaba en el calendario que ellos manejan.