Iris López, Fuenlabrada.- La Universidad Rey Juan Carlos (URJC) está compuesta por cuatro campus distribuidos en diferentes municipios de la Comunidad de Madrid: Móstoles, Fuenlabrada, Alcorcón y Vicálvaro. Cada campus lo componen unas facultades de unas ramas específicas: ciencias experimentales y tecnología, ciencias de la comunicación, ciencias de la salud y ciencias sociales y jurídicas, respectivamente (sin contar escuelas oficiales o unidades docentes delegadas). Todas ellas constan de varios aularios, servicios de cafetería y reprografía, biblioteca, instalaciones deportivas, gestión y departamental. Ahora bien, no todas las instalaciones son igual de conocidas por los alumnos ya que no todos saben que en el interior del edificio del departamental (al menos del campus de Fuenlabrada) hay una capilla y, por consiguiente, un sacerdote.
Dentro del ámbito estudiantil este tema provoca opiniones de todo tipo, sobre todo por el “ocultamiento” de la misma. Muchos de ellos se quejan de que no esté tan bien señalizada como pueden estar las instalaciones deportivas. Y ya no para poder acudir o no a ella, sino, simplemente, por el derecho a saber aunque, según el alumno Miguel Mirón “la gente no sabe de su existencia porque no le interesa saber que hay una capilla.” Por el contrario, dentro del ámbito de los profesores no parece ser que ocurra lo mismo ya que “hay profesores y personal de administración que la emplea y muy a menudo”, según informa el vicerrector Ricardo Vizcaíno.
Otro tema que causa polémica y envuelve a la capilla es el de su permanencia en una universidad pública donde la educación es laica (separación absoluta entre los contenidos escolares y cualquier culto religioso). Aquí las opiniones entre religiosos y ateos son más extremistas, aunque ambos están de acuerdo en que la universidad no fomenta la religión, a pesar de la existencia de ésta:
• Los creyentes, sean o no practicantes, dicen que no les parece mal que la universidad cuente con una capilla entre sus instalaciones debido a que el problema vendría si fuera obligatorio acudir a ella, cosa que no es así. Miguel Mirón, creyente y practicante, dice:“es compatible que una universidad sea laica y a la vez tenga una capilla. En caso de que quisiéramos un Estado totalmente laico (que ya lo es, porque se respetan todas las religiones) actos como las procesiones de Semana Santa o las vacaciones de Navidad tendrían que ser eliminadas al tener un contexto religioso”. María de la Nieves Martínez, creyente pero no practicante, dice: “me es indiferente que haya o no capilla, el problema vendría si nos obligasen a asistir a las misas”.
• Los no creyentes difieren un poco en estas opiniones ya que para ellos es algo innecesario en un centro educativo. Así lo aclara Bianca Ágreda, atea, cuando dice: “no me parece bien, es algo en lo que se está gastando el dinero la universidad y que puede ir a otras cosas que de verdad hacen falta o que pueden ser educativas”.
Pero con el laicismo no se acaba la problemática, ya que su financiación también es una tema espinoso porque, si ni siquiera saben que la universidad cuenta con una capilla, ¿cómo van a saber como se mantiene? ¿pagan ellos por algo? ¿cuánto? ¿pueden elegir no pagarla? Un sin fin de preguntas rodean a los estudiantes. Preguntas sin respuesta hasta el momento ya que ni el vicerrector sabe cual es: “no conozco la financiación que tiene aunque probablemente sea la general del Estado (a través de la Declaración de la Renta cada uno, personalmente, puede financiar o no la Iglesia Católica)”.
Pero, a pesar de todo esto, los alumnos, entiendan o no la existencia de esta capilla y el funcionamiento de la misma, no es un tema que les importe mucho y que les quite el sueño ya que tampoco les importaría que si se fueran a estudiar fuera, su universidad contara con su propio centro religioso. Aún así, hay unos pocos que se resignan y sí quieren saber el motivo de la presencia de esta capilla en esta universidad pública, a lo que Ricardo Vizcaíno responde diciendo que “su existencia se debe al devenir histórico de España”. También dice que no cree que sea una excepción debido a que “otras Facultades como la de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid tiene también capilla.” Sea lo que sea la sopa ya está servida: ¿es laica la educación?
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