"Llegué al siglo XXI desde la tiza a los medios audiovisuales"


Ramón Sarmiento profesor de lengua española en la Universidad Rey Juan Carlos.

Natalia Borja, Fuenlabrada .- La facultad de la Universidad Rey Juan Carlos en Fuenlabrada se configura como una facultad joven ya que se inauguró en el 2000 con instalaciones amplias y modernas y edificios aun en construcción. Actualmente entre el personal docente de este campus se puede encontrar gente joven, que empieza dando sus primeras clases y gente con una larga carrera a sus espaldas que aun tiene mucho que aportar. Este último es el caso de Ramón Sarmiento, licenciado en filología hispánica, catedrático y profesor de lengua española. Hoy en día tiene su propia columna en el periódico “La Razón” y lleva 35 años dedicados a la docencia.
Pregunta:¿Cuando llegó usted a la URJC?
Respuesta: Llegué en el 2001 por un concurso a oposición a la plaza de lengua española que había vacante en la universidad. Venía a una universidad nueva con unos medios que no existían en otro lugar. Había pasado 28 años en la Universidad Autónoma de Madrid donde las aulas no tenían proyectores ni ordenador. Llegué al siglo XXI desde la tiza a los medios audiovisuales
P: ¿Fue un cambio difícil?
R:Fue fácil gracias a la experiencia. Fácil y gratificante. He tropezado con promociones que valoraban lo que les enseñaba mientras que en filología en la Universidad Autónoma las promociones eran tirando a mediocres. Era gente que optaba por esa carrera porque no podía hacer otra cosa. Fue un salto de pasar de algo mediocre a algo inteligente y atractivo.
P:¿Está el alumnado de la Universidad Rey Juan Carlos mas motivado?
R:A la Universidad Rey Juan Carlos llega gente con un corte de selectividad más alto y se nota. Desde que he empezado en la universidad en el año 1974 he visto ya muchas promociones estoy hablando de por lo menos tres o cuatro generaciones y aún puedo hacer comparaciones. He tenido alumnos de todo tipo. Recuerdo a alumnos como Jacobo Fitz-James Stuart Martínez de Irujo, conde de Siruela.
P: ¿Qué ha cambiado desde que comenzó?
R:Son generaciones y épocas distintas. No son comparables. Con el nacimiento de la democracia los alumnos tenían otras preocupaciones, solo había una crisis política e ideológica pero no económica. No se puede comparar.
En su columna ha podido hablar de crisis. ¿Cómo empezó a colaborar con La Razón?
Me pidieron una columna relacionada con el uso del lenguaje. La titulé “El poder de la palabra” y en ella escribo lo que quiero, nunca me han dicho nada. Llevo escribiéndola un año y varios meses.
P: ¿Ha hecho usted alguna otra colaboración con otro medio?
R:Si, también he colaborado en programas de radio y en muchos periódicos como por ejemplo “El país” en el año 1984 pero fueron cosas esporádicas nunca en un sentido sistemático.
P: Su última columna se titula “Nosotros pudimos”. ¿A qué se refiere?
R:La crisis actual es una crisis en todos los sentidos. De valores, de política y de sociedad. La culpa la tienen los que tenemos mi edad. Los de la generación del 68 donde todo era haz el amor y no la guerra. Esos valores se han ido aburguesando y no hemos buscado relevo a esos ideales para que vosotros no os conforméis con lo que recibís sino que luchéis por vuestro propio mundo, vuestra propia sociedad, vuestros propios valores.
P: ¿Ha influido el gobierno?
R:La crisis actual no es de ningún gobierno, es de la sociedad española. En mi columna se refleja una sociedad picara. Ya está todo inventado. La responsabilidad es de la sociedad. No puede existir un grupo de jóvenes sin estudiar ni trabajar porque es malgastar el futuro de una sociedad. La responsabilidad va desde la derecha a la izquierda y desde la izquierda a la derecha. Tan responsable es uno como otro. La solución está en la juventud.
P: ¿Considera a la Universidad Rey Juan Carlos como una universidad preparada?
R:Es una universidad muy joven al igual que los profesores. Esto una ventaja porque esos profesores tienen más cercanía con los alumnos. Están formándose y tienen ilusión. Pero frente a eso está la falta de experiencia. Aun así la juventud es muy importante porque la juventud es futuro.
P: ¿Le encuentra alguna deficiencia como universidad?
R:Tenemos un sistema nuevo que exige más medios económicos. Las infraestructuras las tenemos. El profesorado también. Necesitamos mas medios económicos para que esto pudiera funcionar con grupos reducidos y la calidad de la enseñanza subiera
P: ¿Las clases funcionarían mejor con menos gente?
R:Soy de la primera promoción de la Universidad Autónoma de Madrid. Cuando yo estudiaba en mi curso éramos solo 27 alumnos. En la Universidad Complutense eran normalmente entre 200 y 300. Compartí clase con gente que ahora son académicos de la Real Academia de la Lengua como Ignacio Bosque o Luis Alberto de Cuenca, poeta y antiguo secretado de estado. Nos mandaban leer un libro y lo leíamos. No se discutía nada. En un grupo reducido siempre hay más posibilidades.
P: ¿Podría dar algún consejo?
R:Para los profesores, que mejoren poco a poco. Yo también pase por eso de empezar y ser un ignorante. Tenía a la clase delante y me temblaban las manos. Solo se necesita experiencia y practica.
Y para el alumno universitario, que intentara superarse siempre. Que ante todo lo que pueda aprender siempre tenga una actitud positiva. A la universidad se tiene que venir con la mente abierta sabiendo que siempre se va a aprender algo. Esa actitud abierta es lo que se llama universitario.
Una página más otra hacen obra y un paso más otro hacen carrera. Si el primer paso no es bueno, que intente el segundo y el tercero.

2 comentarios:

David Spanish Garrido dijo...

Mi querido profesor Sarmiento.
Yo estuve con usted en la UAM en el 97. Soy ahora profesor, como usted. Le guardo muy buen recuerdo. No se me olvidarán sus clases sobre la historia de la lingüística. Sabia cómo hacer que le prestaran atención.
Pero me parece desacertado, sobre todo una falta de respeto decir que los alumnos de la Autónoma eran mediocres. Es una insensatez y un gran error.
Entiendo que tiene que hablar bien de su actual universidad pero no tiene por qué criticar para ello la antigua. Tengo constancia de que han salido muy buenos profesionales de ella.
David Spanish Garrido

David Spanish Garrido dijo...

En el aula éramos 42 alumnos. Es decir que según decía usted, eso es poco. Se puede manejar muy bien.
Y actualmente el 90 por ciento de aquella clase somos profesores de español.
Yo me considero más o menos bueno, pero la mayoría de mi promoción era aún mejor que yo. No puede decir que fuésemos mediocres o que estudiásemos filología en la UAM, en ese momento, porque no había otra cosa.