Alberto Camacho, Fuenlabrada.- El día 26 de noviembre estaba marcado en el calendario como uno de los más importantes durante este curso en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), ya que tendrían lugar las elecciones para elegir al nuevo rector. Desde primera hora de la mañana comenzó la tan esperada votación, de la que saldrá el vencedor: Pedro González-Trevijano, David Ríos Insua o Armando Torrent Ruíz
El día en cuestión amaneció nublado y lluvioso, como anunciando que ese día no acabaría muy bien para dos de los candidatos a Rector. El lugar “marcado” era el Aulario II del campus de Fuenlabrada, y más concretamente, el pasillo de abajo, a mano izquierda, entre las clases 206 y 207. Allí se hallaban dispuestas las cuatro mesas electorales, conformadas por cuatro o cinco miembros cada una, destacando la presencia en una de ellas de Matteo Re, profesor de lengua y cultura italiana de la URJC.
La hora fijada para la apertura de las urnas eran las 9:30 horas, si bien desde unos minutos antes se iban congregando por el pasillo algunos alumnos curiosos, observando desde las puertas de sus clases en dirección a las mesas electorales. Otros pasaban entre dichas mesas, alguno incluso sorprendido, cuando se dirigían a los servicios de la planta baja, que se encontraban al lado de donde estaban situadas las urnas. Un miembro de seguridad, contratado para la ocasión, se encontraba ubicado al comienzo del pasillo, observando a los alumnos que van pasando en dirección a sus respectivas aulas, acompañado de otro hombre con gabardina oscura, ambos charlando sin quitar la vista de la gente.
Los primeros chicos en votar comentaban antes a cual pensaban elegir como candidato. “Yo pienso votar al candidato ese que regala portátiles”, asegura uno, refiriéndose al candidato David Ríos. Para asegurarse de que ese candidato es realmente David Ríos, le pregunta a la bedel, la cual tampoco está muy segura de su nombre, aunque aclara: “Es el que utilizaba un autobús para su propaganda me parece”.Otros estudiantes que habían sido elegidos para esta causa, preparan las papeletas de las votaciones distribuyéndolas en un par de mesas, y en las cabinas con cortinaje, para los que prefieren votar más en secreto.
A las 9:30 votan los primeros alumnos: son el chico que le preguntó a la bedel, acompañado de otro chico y tres chicas. Otro alumno espera para votar, o eso parece, mientras se toma un dulce de la cafetería y mueve las manos y pies rítmicamente escuchando música desde su mp4. Aunque también los hay que simplemente miran y hablan de sus cosas, como ocurrió con un grupo cercano de siete u ocho alumnos, que hablaban sobre si podrían ir o no a Portugal de Erasmus.
Pasan los minutos, y poco a poco se va viendo más ambiente por el pasillo, si bien a esas horas de la mañana no es muy elevado. Dos alumnas del aula al lado, salen indecisas para ir a votar, pero una de ellas acaba echándose atrás, obligando a su compañera a volver al aula.
Después de pasar parte de la mañana allí, decido ir a ejercer mi derecho al voto, antes de marcharme. Al acercarme a la primera de las mesas electorales con el sobre de mi voto, me preguntan mi apellido, y me indican que debo dirigirme a la siguiente. Allí intento informarme de nuevo sobre si saben en cuál campus votarán los candidatos, pero nuevamente no saben nada. Con esta rutina transcurre todo el día en el Aulario II del campus de Fuenlabrada, hasta que se pase al recuento de votos para conocer al ganador. Ya sólo queda esperar.
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